sábado, 5 de diciembre de 2009

Sobre símbolos, religión, cruces y belenes

El gobierno tiene previsto retirar las cruces de las escuelas. Desde mi confesionalidad personal (soy católico) y el respeto más escrupuloso a la libertad de conciencia, opino que la cruz no es un símbolo ofensivo, pero también que sobra en un centro educativo público. Otra cosa son los centros privados, que pueden libremente, ser confesionales. No cabe, por el respeto mismo a la libertad de conciencia, prohibir el uso de símbolos religiosos (cristianos o de otra índole) en centros religiosos privados. De modo, que no me llevaré las manos a la cabeza si una ley regula el uso de símbolos religiosos en centros educativos públicos.

 

A estas alturas del año, recién estrenado diciembre, con la Navidad en todos los escaparates y en nuestros televisores, y justo hoy, que coloqué el Portal de Belén en casa, voy a dedicar unas lineas a los belenes en los colegios (y ya es la segunda vez).

El estado es aconfesional, y eso es un logro histórico del que me felicito (por que debería garantizar la libertad de conciencia para los individuos), pero la sociedad, en contra de lo que le oí decir a algún ministro no lo es. Nuestra sociedad, gracias a Dios, es multiconfesional, y en ella convivimos pacíficamente hasta ahora católicos, evangelistas, musulmanes, ateos, judios y muchos más. En los colegios hay que enseñar, entre otras cosas,  tolerancia y respeto hacia las creencias ajenas que no vulneren derechos fundamentales. Si en noviembre un colegio público español se puede llenar de calabazas para celebrar Halloween, en diciembre se puede llenar de belenes y árboles para celebrar la Navidad, sin que eso vaya a ofender a ningún no cristiano. Como padre con una confesión no judía ni musulmana estaría encantado de que a mis hijos les enseñaran lo básico sobre el Ramadán o el Yom Kipur.

Un Dios, que elije hacerse hombre, entre los pobres, para firmar con su vida un manual de como ser en plenitud humano, y viene a nacer entre pastores (un grupo que en la Judea del siglo I era de muy baja extracción social) no puede ofender a nadie. Otra cosa son todas las aberraciones que la Iglesia Católica (formada por humanos), traicionando al niño que nació en Belén, cometió a lo largo de la historia. Pero el belén no se pone para recordar la Inquisición, o las Cruzadas, o ponemos para celebrar que Dios se hizo hombre (si somos cristianos) o para pasar un rato con los niños (si no lo somos), con una motivación parecida a la que nos movía el mes pasado a vaciar una calabaza y ponerle una vela dentro.

No hay comentarios: