Hace 17 días que leo cada noche un capítulo de Don Quijote. Era una asignatura que tenía pendiente desde tercero de BUP, cuando sustituí la obligada lectura de la más universal de las novelas españolas por el apresurado vistazo a unos resumenes. Esta lectura lenta pero continuada está resultando más entretenida de lo que imaginaba, y a la vez instructiva: el vocabulario es tan diverso que aparecen continuamente vocablos que son nuevos para mí.
Recientemente me encontré con la voz "yangüeses". Ahora ya sé que yangües es el gentilicio de Yanguas, un pueblo de Soria que tiene su propio blog.
Por cierto, que tratando de desentrañar en la red el significado de esta voz, me encontré con que el capítulo en cuestión dió lugar a un libro para niños: Rocinante enamorado y los desalmados yangüeses.
4 comentarios:
Muy bonito tu comentario. A mí, que estoy leyendo cada día un poco de Don Quijote, pasò la misma cosa. Me divierto mucho con este lenguaje antiguo, fantastico, hermosisimo!
Saludos - Waldemar Eistermeier
Una maravila y un deleite el lenguaje del Quijote, me lleva a situaciones insopechadas.
José Córdova
Mi caso es una copia de lo que relatan los antecesores...pero agrego que me sorprendió como hace pensar, buscar significados, lo rico que es el idioma español y por tener 82 años, resaltar la diferencia de pensar, actuar y cultivarse con el momento actual.
Tengo 83 años y tenía pendiente leer el Quijote ,cosa que estoy haciendo como otros de a poco para entenderlo y gustar del origen de nuestro idioma
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