lunes, 13 de agosto de 2007

Sorpresa en un baño público

Por esto del veraneo de la familia, esta mañana tuve que recorrer 107 kilómetros antes de empezar a trabajar. En torno al kilómetro 90, hice un alto en una cafetería para ir al baño y desayunar.

El baño de caballeros tenía una zona más o menos común con una pileta y un reservado con un retrete. En los tres minutos que estuve en el retrete, noté como dos o tres veces alguién intentaba abrir la puerta cerrada, al mismo tiempo que oía ruído al otro lado de la puerta. Al salir, me encontré dentro del aseo a una señora de unos 65 años, con una jeringuilla en la mano y un estuche abierto sobre la pileta, que me dice:

- debo de haberme equivocado,

- o se equivocó usted o me equivoqué yo...

- es igual, yo me quedo que solo vine a pincharme

Así que me fuí al baño adaptado para personas con problemas de movilidad a lavarme las manos, pensando en lo curioso de lo sucedido.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Esperemos que fuera diabética...

Anónimo dijo...

Esperemos...

Anónimo dijo...

La verdad es que la escena es curiosa, pero sí, sería eso...

Por lo menos la señora intentaba buscar la intimidad del reservado, porque imaginate el que entrara y la viera preparando los bártulos allí en el lavabo :)

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Hay personas bastante curiosas en esta vida. Quizá fuese diabética o quizá no, la vida es un fandango y te lo cantan donde menos lo esperas, incluido el baño de una cafetería.
Saludos

Anónimo dijo...

Me gustó lo del fandango, me lo apunto.