Creo que fue ayer cuando en un trayecto de 4 minutos en coche, desde casa al trabajo, oí a alguién en la radio recomendando comer fresas con vinagre. Según explicaba, los dos sabores ácidos (el del vinagre y el de la fresa) se neutralizaba entre sí, y el resultado era que el sabor de la fresa quedaba potenciado.
Hoy lo probé. Lavé y corte fresas, las rocié con vinagre y me las comí. El saber a vinagre no se distingue, es una cosa muy curiosa que recomiendo probar.
2 comentarios:
A mí las fresas me gustan y el vinagre puff me pierde, jajaja, me gusta también mucho pero no sé esa combinación me parece un poco extraña, pero... bueno me llama la atención, lo probaré :-)
Te sorprenderás.
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