Me ha sorprendido que al ir extendiéndose la féliz noticia entre familiares, amigos y conocidos, la cuestión que más interesa es ¿será niño o niña?.
Al pasar por la pre-paternidad de mi primer hijo, el interés por si sería varón o hembra, era mucho menor, sin embargo, parece haber una ley no escrita que dice: la situación ideal es la parejita.
Lo más curioso de todo esto, es la cantidad de supersticiones que existen en torno a la predicción del sexo del bebé. A falta de una ecografía que lo afirme contundentemente, hay numerosas teorías que explican, sin ninguna base racional, la forma de saber si el que va a venir será él o ella:
- la posición y forma de la tripa de la embarazada: alta y puntiaguda niño, baja y redondita niña
- la piel de la futura mamá: con granitos y erupciones niña, tersa y suave niño
- la coronilla del hijo anterior: esto sólo sirve para los que tienen hermanos mayores, que si tienen la coronilla en el centro de la cabeza esperan un hermano varón, y si la tienen ladeada una hermana
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