Tengo el empeño de leer los clásicos de la literatura universal, y he empezado por Robinson Crusoe de Daniel Defoe, en una traducción al gallego de Gonzalo Navaza que publicó La Voz De Galicia.
Me gustan mucho las reflexiones del personaje sobre su suerte, como esta de antes del naufragio en la isla desierta:
Con el tiempo me di cuenta de que los hombres que comparan su situación con otra peor deben pensar que con justicia merecen que el Cielo los obligue a hacer el cambio para así convencerse de su felicidad anterior por experiencia propia.
O al llegar a su isla:
Aún en el peor de los casos siempre podemos encontrar algo que nos conforte y tener algo que anotar, en la balanza de lo bueno y lo malo, en la columna positiva.
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