Los videojuegos no afectan a los niños. Si fuera así y el Comecocos nos hubiera afectado a nosotros cuando éramos niños, ahora estaríamos deambulando por lugares oscuros, comiendo píldoras mágicas y escuchando ritmos electrónicos repetitivos.
He visto esta cita atribuída a Kristian Wilson, un portavoz de Nintendo probablemente ficticio, que la habría pronunciado en 1989, y me ha resultado verdaderamente graciosa. Rascando un poco más, resulta que el verdadero autor fue Marcus Brigstocke, un cómico.
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