Hoy asistí a una boda por lo civil en la ciudad de A Coruña, en el Palacio de María Pita.
Puede parecer extraño, pero aunque me ha tocado asistir a muchas bodas (tuve un año de 7), la mayoría aplastante fueron bodas católicas y, antes de hoy, solo había asistido a dos civiles. Tenía la misma imagen que Joaquín Sabina de las bodas no religiosas (triste como una boda por lo civil, que dice la letra de Así estoy yo): sin ceremonia, ni pompa ni boato, un aquí te pillo aquí te mato breve y nada alegre.
Hoy pude asistir a una ceremonia con música, textos de Khalil Gibran, emotivas intervenciones de los novios y de la oficiante, aplausos, y todo ello en un marco incomparable: el salón de plenos del ayuntamiento coruñés, con dos ujieres engalanados flanqueando a la concejala que presidió el acto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario